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AUGUSTO CESAR BORDELOIS GONZALEZ

LA ESPERA
 
Hace ya algún tiempo que estoy sentado en la esquina más triste de mi cuarto y bajo el ángulo más lloroso de mi ventana, que ha permanecido casi cerrada en estos últimos años.
El viento la ha abierto y vuelto a cerrar. La luz y algunos colores han entrado y vuelto a salir. Mi habitación, oscura y polvorienta, espera por alguien que la limpie, mientras yo sólo espero por alguien que la ilumine porque el polvo es el legado que el tiempo dejó y eso no me molesta.
Espero que estos días pasen rápido porque la melancólica ventana está goteando demasiado y me va a ahogar en estas cuatro mohosas paredes. La pobre, siempre se pone así despues de hacer un gran esfuerzo por abrirse y al final reconocer que irremediablemente tiene que cerrarse de nuevo. Yo comprendo a la desgraciada; pero me jode que por eso me tenga que morir yo. No recuerdo si la he visto en peores condiciones; pero si fue así, fue hace muchísimo tiempo y ese polvo en mi habitación tanto dia es una prueba irrefutable.
La última vez que se entregó, entraste tú chapoteando risas rojas y amarillas y sonrisas rosadas y azules; fue formidable el resplandor aquel. Recuerdo que mis pinceles me dijeron muy bajito, casi al oido "Por fin llegó el espectrum". Desde entonces te llamé arcoiris; pero grité y reí tan alto que te asustaste y te fuiste. No sé si para siempre.
Hace ya algún tiempo que estoy sentado en la esquina más triste de mi cuarto y bajo el ángulo más lloroso de mi ventana; esperándote.
 
 
"UNA COSA EN TRES CAPITULOS O A LA TERCERA VA LA VENCIDA"
 
CAPITULO 1
 
¿Por qué se supone que yo te quiera?
Los dinosaurios hace tiempo que están tiesos, frios y sobre todo, muy distantes. Reitero, muy distantes. Sentado en esta silla al borde de todo no puedo concentrarme. Sin embargo, la idea de estos cuerpos inmensos y congelados siempre me viene con más nitidéz cuando más pienso en tí. Quizas, nuestros bien pasados antepasados era un bello par de brontosauros y entre nosotros exista alguna atracción biológica innata y ... ­Esto no tiene sentido!
 
CAPITULO 2
 
¿Por qué se supone que yo te quiera?
Los dinsaurios hace tiempo que están tiesos, fríos y sobre todo, muy distantes. ­Que arlequín, ni que campanitas, ni que mierda!. Ahora entre dinosaurios, campanitas, arlequines y las ganas que tengo de tu desnudez, me siento perdido y sobre todo triste.
Ellos son una realidad porque sus petrificados huesos están por ahí y seguro que esos huesos tenían cuerpo
¿Pero qué me importan a mí los dinosaurios, si existieron, si comían carne o hierba? No me interesa ni un poquito, ni por curiosidad. Dragones o dinosaurios qué se yo en qué se diferencian. No me hace falta saberlo porque no los quiero y no se supone que los quiera. Sin embargo esa no es la cuestión.
To be or not to be. That is the question. Ahora perdí el sentido.
 
CAPITULO 3
 
¿Por qué se supone que yo te quiera
Como descubrí que los animalitos no son relevantes los dejaremos a un lado.
La vida es una cadena de sucesos que ilógicamente se unen como eslabones. Nadie entiende eso.
Sin embargo, comienzo a convivir con esa realidad como si fuera cierta. La vida es una cadena sin fin con un grillete para el pie de cada acción, cosa o ser. Incluyéndote e incluyéndome.
Tú me amarás pero te irás lejos.
Después; dinosaurios tiesos, fríos y sobre todo muy distantes. Reitero, muy distantes.
­ EUREKA !
 
LA MIRADA
 
Si hoy no lloro de soledad, lloro de compañía; si no me reviento de la angustia, me reviento de la risa; si estoy tan deprimido, tan blues que ni la palabra sale original; si estoy tan de cabeza en el fondo, en el fango que no puedo diferenciar mi materia gris de la mierda gris; si estoy tan pequeño Quijote, tan ingnorante, tan ignorado, tan Poncio Pilatos, tan Judas Iscariote, tan defraudado que ni los gorriones de esta Habana mía pueden joderme el día de mi cumpleaños cagándose sobre mi cuerpo y mi ropa nueva; si estoy tan exhausto es porque me faltan las ganas y unos ojos comunes, casi feos, planos, nada de colores Holywood, nada de seducción francesa, nada de enigma egipcio, ni de pornografía italiana; unos ojos a lo quinta avenida, de consumo nacional, subdesarrollados, con doce grado, casi analfabetos o intelectuales, héroes del trabajo, casi mayores de edad, ojos cansados, ojos bizcos, débiles visuales, 20 X 20 o incluso ciegos que me miren de frente y me saquen el corazón por la portañuela.
 
PENSAR Y CREER
 
Cuando pienso que creo que la castración no impediría la erección mental, ni la explosión demográfica; cuando pienso que creo en los elefantes de mármol rosado que viven perdidamente enamorados de las glaciales jirafas de cuellos engabetados y crines en llamas; cuando pienso que creo en los líricos ratones que devoran paredes sordas para aclarar su garganta y poder cantar a las infantiles conejas que moran en la luna; cuando pienso que creo en el pornográfico ritmo de las olas que arrojan sus cuerpos desnudos contra los falos tiesos de los lujuriosos arrecifes; cuando pienso que creo en los concienzudos locos que fabrican alas para llegar a las nubes y copular con los ángeles mas castos; cuando pienso que creo en las narices que descaradamente se introducen en la esencia inolora y peluda que define, en un lienzo, un desnudo femenino; cuando pienso que creo en la invencible tribu de hormigas que cargan con el saltamontes y su rabia hasta el hormiguero para convertirlo en testigo ocular de su próxima orgía; cuando pienso que creo en los miles de apuros obsenos que corren hacia las mesas mas pulcras para masturbar sus patas; cuando pienso que creo en el violador que tras amar a su víctima, ya descuartizada, cae en su almohada con suficiente amor como para amanecer; cuando pienso que creo en mis deseos insaciables de singarme al horizonte; y cuando veo que despierto en una mañana con la solitaria sábana (mi compañera) agotada, exhausta, sudada y llena de otros productos orgánicos pienso en la frustración de mis ganas y pienso en tí, amiga bruja, sin dejar de amarte un segundo.
 
LA MALDICION
 
Digo tu nombre y desde la consonante a la vocal se lanza un muro de bella sonrisa impenetrable e inolvidable. Las letras me quieren matar, comer. Se burlan, se ríen mucho de mí cada vez que te pateo un beso.
Eso no me molesta, la burla no siempre molesta. Sin embargo, "yo quisiera que tú vieras tu cara" eso dices y te creo. Yo siempre te creo aunque tú lo ignores, y eso pone contento hasta al ventilador cojo que vive mirando a esas flores moribundas, porque se están muriendo las flores que te regalé. Pero no te angusties, mañana te regalaré más flores, y pasado mañana te regalaré más flores y pasado, pasado mañana, te regalaré más flores y te aseguro que si sigo así, no me vas a olvidar. No importa si vas a lo oscuro y profundo del silencio gritar del horizonte, porque allí estarán esperándote unos jeans sucios o un par de botas cómicas que te recordaran a alguien, y cuando la gente odie el nombre de los dictadores, emperadores o el nombre de algún otro estúpido, tal vez recuerdes como se llamaba aquel que te regaló un ejército de flores y letras.
Sino me recuerdas, peor para tí, porque las letras te morderán los sesos y te ripiarán el estómago cada vez que duermas con alguien, o sino, mis flores te asustarán por la noche, transformadas en los pequeños fantasmitas de unos divertidos duendes y te halarán los dedos gordos y te pellizcarán el ombligo y te harán cosquillas y serán insoportables.
Te lo juro.
 
DIARIAMENTE
 
Diariamente.... En mi rostro muere el azul y con el apuro, al cruzar la reja, que ya no existe, me convierto en precipitado. Mi perro sale al jardín y le ladra al elefante del vecino, el elefante me mira serio y rutinariamente se orina en mi cactus. Mi cactus se está secando... no sé como aún tiene flores ¿son flores?... Bueno, no sé.
Un saludo, un beso de alguien y me pierdo en la multitud. Un adiós, un beso de alguien y regreso de la multitud.Diariamente... llego a mi casa y el perro sale volando a recibirme, acaricio sus grandes alas y ya.Hay mucho silencio. El elefante está durmiendo o poniéndose viejo.
Me acuesto, sueño y pierdo tiempo. Me levanto soñando y trato de recuperar el tiempo perdido.
Esfuerzo inútil.
Diariamente... en mi rostro muere el azul y con el apuro, al cruzar la reja, que ya no existe, me convierto en precipitado... mi perro... el elefante... mi cactus...
Diariamente... la multitud.
 
VIVIR DE ESTE LADO
 
¿Por qué rodear de misterios la muerte?, si es tan simple dejar de respirar, dejar de existir materialmente o reencarnar en un perro.
Si me pongo a pensar en ella, me siento en una esquina, la espero y llega en una hora, puntual como un tren inglés. Hay que imaginarla con guadaña, Marilyn Monroe, o viernes 13, no importa, la cosa es dedicarle diez minutos, acostumbrarnos a morir, a vivir del lado de acá, donde la vida asusta tanto, pensar que la bomba existe y enterrarnos existencialmente para que el miedo cese. ¿Por qué rodearla de misterios?, si es tan niña, exita tanto, tan biológica, tan en sangre, tan innata; voy por la avenida disfrutando de las caderas de mi mujer o de cualquier otra, el cordón del zapato se safa y muero; mi jefe es impenetrable pero se cree chistoso, yo me río para obtener el puesto por el que tanto he luchado, soy asmático, un acceso de tos y muero; ella es una trampa que no reconozco, esos labios, la invito a una cerveza, primera vez que la veo, sexo y muero; llueve, no tengo sombrilla, catarro, neumonía y muero; tercer mundo, miseria, cólera o hepatitis y muero; planeta tierra, contaminación, capa de ozono y muero.
Inercia cotidiana, el reloj de cuerdas que se para, ponerlo en hora, 12:30p.m, 20 de Diciembre de 1969, soy yo un día y dejo de serlo.
El gesto sencillo, la oración abstracta y el beso de "hasta luego" nunca ausente, es el ritual consagrado, el diario juego de suerte, la sentencia absoluta al nunca jamás, pero tal vez quien dice adiós hoy eres tú.
 
SED DE TI
 
Tengo una sed vampira de ti, un sentimiento antropófago que va más allá del canibalismo que pretende tu esencia.
Las brujas hechizan mis entrañas cuando el sol de la tarde muere, y las cartas dicen que serás mía, todas menos el as de espadas aunque es inútil. La luna hoy será llena y cuando el lobo aúlle ya no habrá remedio. Todo estar perdido.
El abracadabra se consumar al pronunciar tu nombre. La mesa estará servida; tu pasado de aperitivo, copas, dos velas, flores, en la cama tú y de postre tendremos futuro. El vestido se desliza suavemente, casi sin intención y mis fantasías resultan lo que Freud llamaría traumas infantiles: de látigo est mi lengua y mis dientes hacen brotar tus líquidos sublimes, tu cuerpo se estremece y tus senos se orientan al infinito, perdidos como siempre se llenan de rocío; mi alma se esfuma con unos movimientos que te parecen precoces y que a mi me parecen un siglo de represar manantiales. Ahora, que el diluvio cesó, que hemos sobrevivido las mil y una noches, empezaremos a sentirnos traidores a lo efímero de este momento y tu nombre común y mi nombre y tu piel de trabajo y mis ojos cansados y la ausencia de la palabra inútil se perderán por siempre en la multitud.
 
PLEGARIA
 
Odio que me lleve la suerte, prefiero un asesino.
No quiero que cuando la rueda gire y marque el 13 todo cambie, o que un gato negro cruce mi camino, prefiero un tiro limpio entre ceja y ceja. Sería insaboro si las maneras de una mujer desconocida me llevaran, en un descuido, al otro lado; prefiero mil veces una mano con odio en mi garganta; morir en una guerra doméstica contigo; el suicio, a un infarto frente al patrón de pruebas, a un resbalón en el baño, a una embolia digestiva.
Quiero vivir consciente de mi muerte puntual, a las menos cuarto de una hora precisa, de un día preciso, que no me lleve un chofer con demasiado alcohol en sangre y que después se arrepienta; que me mate el trabajo, el stress, que el ocio se quede fuera, que nunca caiga en coma, que la vida se llene de instantes por sobrevivir y no de esos caprichos etériles, hijos del cansancio.
Que la muerte, por sobre todas las cosas, no llegue estúpida, que no me abarate el final de esta vida que me cuesta tanto vivirla.
 
LA FURIA DEL TIEMPO
 
Ayer la furia del tiempo clavó mis párpados en tus cinco años de ausencia, el gigante con sus botas invisibles me aplasta el cráneo hundiéndome en mis recuerdos, en el pedazo de mi vida que llevas contigo, en todo lo que dejastes dentro de mi cabeza; la imagen de tu cuerpo mas allá de la frivolidad del erotismo, tu olor inconfundible y la textura de tu piel de mujer casi europea.
¿Cómo hacerte comprender que mi ego de hombre tropical no desea jugar a la conquista, ni al descubrimiento, ni quiere probar fuerza, ni necesita un sexo ocasional para sentirse satisfecho?
¿Cómo hacerte comprender que esta sed sexual no es casual, sino la irracional búsqueda de mis esquirlas de alma? ¿Cómo enfrentarte a lo desconocido, pedirte que me creas y en mis labios la estúpida frase" Yo sé lo que digo, pero no puedo explicarlo"
¿Cómo vas a confiar si mi virilidad a prueba de fuego me traiciona en el momento en que mis deseos, ya más grandes que mi cuerpo, penetran en el tuyo... y volvemos a la carga y fallan de nuevo para confirmar que no es carne lo que busco, sino el rezcate de mis pedasos sueltos?.
Tú te sientes fuerte y lo disfrutas con el éxtasis de quien se impone.
Yo en mi lugar sé que es definitivo: no me vas a olvidar, no te podré olvidar. Estarás presente en tu ausencia con la absurda fidelidad de los recuerdos y el peso de la palabra "aeropuerto" en las fronteras de tu nombre.
No quiero ser el dueño de tu sombra, ni el guardian de tus huesos. Tu vida no quiero vivirla.
Sin embargo, nuestro encuentro te despojó de tu historia que ahora escribo y cuento como el juglar de tus sueños de triángulos prohibidos.
 
REMORDIMIENTO
 
Se esconde de la noche y dentro de mí un gesto felino de traición, lo contrapeso con mentiras dulces de ayer para besar tus ojos como si nada pasase; tus ojos cerrados y aún videntes, censuran lo que ven venir y me torturan con esa expresión de doncella de párpados caídos, esperando un beso de su príncipe azul, pero sabes que el color no me va.
La luna ya no sirve, porque mi traición es un bicho fuerte que me sale por los poros como sudor de gimnasio, lo compenso con colonia y aftershave par burlar tu olfato sabio de mujer sacra; es inútil, pero sin embargo tu sabi- duría o santidad hace silencios de ese hedor a sexo ajeno que siempre delata.
Cuando entramos en la casa y ya no hay otra luz que la antiromántica y sadista lámpara fluorescente; mi traición primeriza y torpe,como un elefante en vidriera, cubre de largos cabellos negros los hombros de mi camisa y hay dos marcas inconfundibles en mi espalda, propongo un cuento absurdo sobre una peluquería que queda a diez cuadras y digo que " la poodle del vecino no me traga, sin yo hacerle nada, planeo como águila sobre mi espalda y por poco me despedaza "... y aunque la camisa no está rota, tú no dices nada, me miras, no gritas, me miras, no hablas. El remordimiento juega con mis dedos en tu cabello, y mi sangre se hace agua y se hiela y un iceberg se atraviesa en mi garganta y me callo para oír tu respiración de hembra apuñalada y siento que mi traición se realiza en el silencio del trapecista que va a saltar sin cuerdas y sin mallas; y sé que si preguntas " ¿ Quién es ella ? ", el trapecista se confunde, cae y se mata.